MODA MASCULINA EN LA ANTIGUA ROMA
Según Catón el viejo: “En la Antigua Roma era costumbre vestir con honestidad en el foro, mientras que en casa sólo lo que era suficiente”.
La toga era una prenda elegante pero muy incómoda, no sólo difícil de llevar, sino que se necesitaba la ayuda de un esclavo para ponérsela que debía colocar más de 4 metros de lienzo en el cuerpo de su señor. Las túnicas recogidas hacía arriba con una especie de cinturón simbolizaban la diligencia en el trabajo, mientras que la túnica hasta los pies, se consideraba propia de extranjeros y afeminados, en el caso de una matrona simbolizaba la castidad.
Otras túnicas, las "manicatae" (mangas), cubrían el brazo hasta la mano, y tampoco eran admitidas para los varones. La túnica por excelencia no tenía mangas largas y llegaba hasta las rodillas. En casa el ciudadano, y en público el esclavo, iban “tunicati”, es decir, con la túnica corta e informal. El paso de la infancia a la edad adulta (16 años) comportaba la sustitución de la toga “praetexta” por la toga “virilis”.
Esta forma de vestir se vio alterada por la introducción de prendas llegadas de otros lugares, como las "bracae" o calzas, (una especie de pantalón) que eran más cómodas y además protegían del frío. Así como las togas estaban basadas en la simetría y verticalidad, y dividían el cuerpo simétricamente con respecto a los hombres, las bracae lo hacían con respecto al tronco y las piernas. Esta prenda aportó un nuevo complemento, la camisa, distinta a la túnica clásica, prenda que cubría la mitad de las nalgas.
La toga era una prenda elegante pero muy incómoda, no sólo difícil de llevar, sino que se necesitaba la ayuda de un esclavo para ponérsela que debía colocar más de 4 metros de lienzo en el cuerpo de su señor. Las túnicas recogidas hacía arriba con una especie de cinturón simbolizaban la diligencia en el trabajo, mientras que la túnica hasta los pies, se consideraba propia de extranjeros y afeminados, en el caso de una matrona simbolizaba la castidad.
Otras túnicas, las "manicatae" (mangas), cubrían el brazo hasta la mano, y tampoco eran admitidas para los varones. La túnica por excelencia no tenía mangas largas y llegaba hasta las rodillas. En casa el ciudadano, y en público el esclavo, iban “tunicati”, es decir, con la túnica corta e informal. El paso de la infancia a la edad adulta (16 años) comportaba la sustitución de la toga “praetexta” por la toga “virilis”.
Esta forma de vestir se vio alterada por la introducción de prendas llegadas de otros lugares, como las "bracae" o calzas, (una especie de pantalón) que eran más cómodas y además protegían del frío. Así como las togas estaban basadas en la simetría y verticalidad, y dividían el cuerpo simétricamente con respecto a los hombres, las bracae lo hacían con respecto al tronco y las piernas. Esta prenda aportó un nuevo complemento, la camisa, distinta a la túnica clásica, prenda que cubría la mitad de las nalgas.
6 comentarios :
Me quedo con la toga virilis, que llevé por única vez en la foto de la orla de mi promoción...
¡¡Qué de túnicas!!
Me gusta la de 4 metros :D
O sea que si yo voy (es lo que hago) en gayumbos por casa......olé....¿no?
Enrique, no tendrías que habertela puesto sólo esa vez, seguro que ponersela de vez en cuando debe tener su aquel.
Un beso.
Jelens, creo que yo prefiero las bracae.
Un beso.
Valentín, para estar por casa estás perfecto en "gayumbati", pero ya sabes si tienes que salir ponte cualquier modelo de túnica que eso viste mucho.
Un beso.
Publicar un comentario