ANITTA-REY HITITA

No se ha podido saber si las tierras de Anatolia estuvieron ocupadas por varios pequeños reinos hasta que Pithana consiguió agruparlos en el año 1800 a. C. Contó con la ayuda de la diosa Sol de Arinna y del dios de la Tempestad, lo que le permitió ganar batallas sin causar daños.

A Pithana le sucedió su hijo Anitta, que había sido educado para convertirse en el mejor de los guerreros. Vivía en una sociedad militarizada, y se comportó como el mejor general. Anitta demostró ser un gran estratega, se sirvió de la información de sus espías para atacar por separado a cada uno de sus enemigos. A todos los fue derrotando, sirviéndose de la sorpresa. Sus triunfos quedaron inscritos en las grandes puertas de la ciudad de Nessa.

Varios de estos “reyezuelos” habían conseguido escapar ilesos de las batallas. Uno de ellos, Pijusti, terminó formando otra coalición. Esto sirvió para que Anitta se mostrara más despiadado que nunca, acoso a sus enemigos hasta saber que se habían ahogado en un lago.

Las múltiples victorias premiaron a Anitta con el título de “Gran Rey”. Cercó Hattusa, donde se habían refugiado los supervivientes. No pudo rendirla con las armas, al encontrarse sobre una montaña, y lo hizo por el hambre cortando todas las líneas de abastecimiento. Cuando estuvo seguro que en la ciudad ya no quedaban guerreros con fuerzas para luchar, la tomó por la noche.

Quiso dejar una prueba de que nadie debía desafiarle, ordenó que en el suelo de Hattusa se sembrara la planta espinosa “zahheli”. Símbolo desde entonces del perjurio.

Anitta construyó su palacio en Nesa, donde gastó todas sus riquezas, además de levantar unos Templos en honor del dios de la Tempestad.