THOMAS BAKER Y LOS CANÍBALES
El reverendo Thomas Baker participó en una expedición que se
introdujo en Fiji en el año 1867. Estando con un jefe tribal le enseñó muy
orgulloso un peine, el jefe creyó que era un regalo y se lo puso de adorno en
el pelo. El reverendo se lo quitó bruscamente, sin saber que tocar la cabeza de
un jefe de las Fiji era una ofensa que conducía a la muerte.
El jefe quería vengarse y envió un mensajero para que se
adelantara a la ruta de Baker y anunció que le daría una recompensa a aquel que
lo matase, La recompensa era un diente de ballena.
El 21 de julio de 1867, la tribu montañesa de los nabutautau
mató al reverendo y a ocho de sus acompañantes. Siguiendo la costumbre del
lugar, una vez muerte lo cocinaron.
Toda la tribu disfrutó de la comilona, menos aquellos a los
que le toco la pierna, que después de cocinarla durante horas seguía dura. Otros
nativos con más experiencia en comer carne humana, les recomendaron que la próxima
vez le quitaran las botas de caucho antes de cocinarlo.
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