LA CANASTA FERRÁNDIZ
El equipo de baloncesto del Real Madrid jugaba una
eliminatoria de la Copa de Europa, era el 6 de abril de 1978. El equipo español
viajó a la ciudad italiana de Varese con la esperanza de ganar, si no era
posible, conseguir los puntos mínimos para ganar en casa.
El partido contra el Ignis, su gran rival, estaba igualado
durante los cuarenta minutos, llegándose a los últimos cuatro segundos con el
marcador empatado.
El entrenador madridista, Pedro Ferrándiz, pidió tiempo
muerto. Los madridistas tenían solamente a cinco jugadores disponibles, el
resto habían sido eliminados por faltas personales, incluido Clifford Luyk, el pívot
titular.
De los cinco jugadores que quedaban, la mayoría estaban cargados
de faltas y la prórroga se adivinaba complicada, los merengues tendrían que
mantener el empate en el marcador.
En ese momento, a Ferrándiz se le ocurrió una gran idea que
se haría famosa: el Madrid sacó la pelota de banda y Alocén, sin mucha prisa,
anotó en su propia canasta por orden del entrenador, perdiendo de solo dos
puntos. Los árbitros no tuvieron más remedio que dar por buena esa canasta a
pesar de la jugada tan extraña.
El público celebró la canasta que daba la victoria a su equipo, pero a los pocos segundos se dieron cuenta de la maniobra del Real Madrid y el enfado provocó que los visitantes tuvieran que salir del campo con protección policial. En la vuelta, el Ignis acabó perdiendo ante el buen juego de los merengues, que consiguieron ganar esa difícil eliminatoria.
A partir de entonces, las canastas en propio campo dejaron
de estar permitidas, por lo que la canasta de Ferrándiz, como se la conoce,
sería la primera y la última de la historia del baloncesto en Europa.
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