ESTIGMAS Y FLAGELACIÓN EN LA EDAD MEDIA

 

En la Edad Media se expandieron los estigmas y la flagelación. Los estigmas son las marcas de las heridas de Cristo con ocasión de la Pasión.

Una de las primeras estigmatizaciones conocidas es la de la beata María de Oignies, que murió en 1213. La más célebre la de Francisco de Asís, que sucedió en 1224, dos años después de su muerte.

Los estigmas de la beata Isabel de Spalbech, muerta en 1270, emitían chorros de sangre el viernes, y su cabeza estaba llena de pinchazos de espinas. Los estigmas de santa Catalina de Siena, muerta en 1380, recibidos durante un éxtasis en 1375, eran invisibles y se manifestaban mediante violentos dolores internos.

Los movimientos de flagelación, eran una especie de peregrinaciones ejecutadas llevando la cruz y estandartes, con los pies descalzos, el cuerpo semidesnudo, en medio de aclamaciones y cantos sacros. Estas manifestaciones se acompañaban con un rito penitencial por excelencia, la autoflagelación.

Estos rituales se producían sobre todo en períodos de crisis social y religiosa. También se consideraban movimientos de paz.