COSAS DE LA TECNOLOGÍA-3
Carlos M. Schwab, amparándose en su cargo de presidente de
la junta de Bethlehem Steel, efectuó grandes milagros de producción durante el
último año de la Primera Guerra Mundial. Cuando fue director general, la
Corporación de la Flota de Emergencia de la Junta Naviera de los Estados
Unidos, botó en una ocasión 100 barcos en un solo día.
Cuando fue botado el vapor Great Eastern, en el Támesis, en
Londres, en 1858, era cinco veces mayor que el navío más grande a flote existente;
211 metros de eslora, con 22 500 toneladas de desplazamiento. El barco fue
construido para transportar 4000 pasajeros, casi el doble que el Queen Mary
botado 77 años después. El Great Eastern debía llevar 15 000 toneladas de
carbón, que le permitirían navegar alrededor del globo sin reabastecerse de
combustible.
La industria más grande en el mundo del Renacimiento eran
los astilleros venecianos. Trabajaban allí 15 000 hombres, y podían ser
construidos o reparados 100 barcos al mismo tiempo. Esto fue cumbre del
comercio marítimo de Venecia, y de su supremacía en alta mar desde finales del
siglo XV al XVII.
F. O. Stanley, quien invento, junto con su hermano mellizo F.
E. Stanley, el automóvil impulsado por vapor, condujo uno de los vehículos a la
cima del Monte Washington, de 1916 metros de altura, el pico más elevado de
Nueva Inglaterra, en 2,10 horas en 1899. Cuatro años después, el primer automóvil
impulsado por gasolina consiguió llegar a la cumbre en poco menos de 2 horas. Al
año siguiente, F. E. Stanley llevó un nuevo modelo de Stanley de vapor montaña
arriba en 28 minutos.
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