16 de abril de 2015

EL LENO EN LA ANTIGUA ROMA


El leno en la Antigua Roma, era a la vez proxeneta, alcahuete, traficante de esclavos, era una de las figuras más pintorescas. Odiado por todos y ridículo, sus apariciones desencadenaban risas y burlas. Ningún hombre decente se atrevía a dirigirles la palabra en el Foro, y el que lo hacía, ya sabía que perdería su dinero y su reputación.

El leno era un vulgar traficante de esclavos. Ocupaba el último puesto en la sociedad romana. Su profesión era una de las más infames y que cerraban a quienes la ejercía el acceso a la función pública. Generalmente era de origen extranjero, simbolizaba (a ojos de los romanos) la corrupción de los países orientales; Egipto, Siria, Grecia, etc. Era tal el descrédito que tenía que no se le consideraba digno de gozar de la protección de las leyes.

El leno se comportaba de manera tiránica con las mujeres, que eran las que le proporcionaban los mayores ingresos económicos. Cuanto más exigente se mostraba con sus “protegidas”, más dóciles y aprovechadas con sus clientes se mostraban, pidiéndoles toda clase de regalos, que el leno les quita al instante. El leno amenazaba a sus mujeres diciéndoles que haría de ellas mujeres públicas, otra amenaza habitual era llevarlas a la “pérgula”, una especie de cobertizo donde eran relegadas las prostitutas viejas, o feas, eran ofrecidas por unos sestercios a los parias, a los rechazados por la sociedad.

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