LOS DESPISTES DE ISAAC NEWTON

Isaac Newton, según sus biógrafos era un “sabio despistado”. Cierto día, queriendo determinar el tiempo de cocción de un huevo, lleno una olla con agua, la puso al fuego y metió su reloj de bolsillo, mientras con el huevo en la mano vigilaba el tiempo que iba pasando para que el huevo se cociese.

El mismo contaba que, siendo un chaval, muchas veces entró en la cuadra de la granja donde vivía con las riendas en la mano tirando de un caballo, cuando se daba cuenta, solo llevaba las riendas, el caballo se había escapado.

Sus compañeros de la universidad cuentan que se olvidaba de comer y hasta de dormir. Una vez estuvo cuatro días sin dormir, distraído en sus pensamientos.

A menudo se equivocaba de puertas o se olvidaba que tenía invitados en su casa, en cuanto se alejaba de la sala por cualquier motivo, se iba al laboratorio y no regresaba en horas. Vestía de manera descuidada, sin peinas y sucio, no era por otra cosa que por despiste.

Uno de sus despistes más frecuentes era olvidar comunicar sus descubrimientos y, además, los cuadernos y papeles donde anotaba sus operaciones matemáticas los dejaba en cualquier sitio y nunca más los volvía a encontrar, teniendo que volverlas a hacer una y otra vez.

A la vez de ser tan despistado era muy ordenado en su vida cotidiana. Todavía se conservan algunos cuadernos donde anotaba sus actividades diarias. En uno de ellos de cuando era joven, anotaba sus “pecados”, se pueden leer cosas como; impertinencia con mi madre o robo de cerezas.

Algunos de sus contemporáneos lo calificaron como una persona, cruel, insensible, vanidoso, y muy ambicioso.