18 de febrero de 2012

HENRI MASERS DE LATUDE



Hemri Masers de Latude nació en 1725 en Montagnac, era hijo de Jeanne Aubrespy, y de padre desconocido. Siendo muy joven se alistó en el ejército de Languedoc como cirujano. De ambición descabellada imaginó que la mejor manera de prosperar rápidamente era “hacer un favor”, se le ocurrió para ello salvar la vida de Madame Pompadour, que padecía manía persecutoria.

Como no existía complot había que inventarlo, y no se le ocurrió nada mejor que fabricar una cajita explosiva compuesta de botellitas cubiertas de una sustancia ingenua que le había proporcionado un amigo farmacéutico.

Envolvió el artefacto en un paquete y lo mandó por el correo oficial con una dirección que decía; “ A la señora marquesa de Pompadour, en la corte”.

Enviado el paquete que creía destinado a labrar su fortuna, partió hacia Versalles esperando llegar antes que el envío, y después de preguntar por la señora marquesa, contó con emoción fingida a uno de sus lacayos, Gourbillon, que en París, frente a las Tullerías, acababa de escuchar la onversación secreta de unos individuos que amenazaban contra la favorita de Luis XV. Oyó lo que decían, los siguió y vio que se dirigían a la oficina de correos y arrojaban un paquete dentro del enrejado. ¿Qué contenía aquel paquete?, no lo sabía. Él contaba lo que había visto.

Las palabras de Masers, pusieron en alerta a la policía. El paquete fue mandado abrir por un agente especial. No se supo que clase de exlosivo contenía, pero un experto calígrafo descubrió que la letra de la dirección del envoltorio se parecía a la misma de Masers.

Descubierto el delito, fu encerrado en la Bastilla en 1749, y transferido al castillo de Vincennes, de donde se escapó en 1750. Un mes después volvían a capturarle. En 1756 se escapaba por segunda vez y le cogían de nuevo tres meses más tarde. Así, en sucesivas escapatorias y capturas, pasó toda su juventud.

Puesto en libertad en 1777, veintisiete años después de su primer encierro, intento sacar dinero a una dama mediante amenazas y fue encerrado en Bicêtre.

Liberado por las gestiones de una anciana enternecida, a cuyas manos llegó por casualidad uno de los escritos del prisionero, Masers se vio definitivamente en libertad antes de que estallase la Revolución. Su fortuna y su fama estaba hecha. Murió en 1805, en tiempos de Napoleón, gozando de tranquilidad y bienestar.

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