HISTORIA DE LA COMETA

Muchos siglos antes que los hombres se decidieran a volar en aparatos más pesados que el aire, hicieron su aparición en los cielos de Asia y Europa las cometas.

Dicen que su inventor fue Arquitas de Tarento (año 400 a. C.), y otros aseguran que fue un general chino de la más remota antigüedad. Los mandarines de Siam poseían cometas. La que pertenecía al monarca se echaba a volar por la tarde para recogerla cuando amanecía.

La afición por las cometas está muy extendida en Oriente desde tiempo inmemorial. En China se celebraba una fiesta anual dedicada a las cometas. En Cantón se las soltaba en bandadas, para lo cual las ataban unas con otras.

Los japoneses fundaron sociedades de aficionados a las cometas. En la India se las hacía combatir unas contra otras, y las batallas de cometas penetraron en China con mucha fuerza.

Las cometas de guerra, llevaban objetos cortantes como polvo de vidrio o trozos en las colas. Estos vidrios, al frotar la cuerda de la cometa enemiga, llegaban a cortarla.

En las guerras de verdad, la cometa ha desempeñado papeles importantes. Ha servido para hacerse señales unos ejércitos a otros. Las fuerzas navales de algunos países las han utilizado también.

En cuanto a las formas, las cometas han adoptado las más variadas. La de paralepipedos estaba hecha de una armadura con cañas en las aristas y de tela muy ligera en los planos, estas cometas no necesitan cola.

En el siglo XVII la cometa pasa a Europa y más tarde a América, Franklin se sirve de ella para descargar de electricidad una nube. Douglas para medir la velocidad del viento.

La teoría de la cometa se basa en la fuerza que ejerce el viento sobre un plano inclinado que se mantiene en equilibrio gracias al peso de una larga cola y a la tensión de un hilo que la sujeta a la tierra.