MEMORIAS DE ANA
MEMORIAS DE ANA
Uno podía creer lo que fuera de ella
que era por ejemplo un naranjo impreso en colinas
la fracción más tierna del cosmos,
se decía a si misma que la muerte es para los muertos
y volaba convertida en otro pedacito del mundo.
Se le veía a primeras, Ana era mucho más que Ana,
mucho más que una.
A veces la observaba por horas,
me gustaba tanto besarle los labios cuando eran de agua fresca,
uno podía verla transformarse en el acto,
se tapaba los ojos y brincaba a mis brazos hecha luz de mediodía.
Si quería era desierto indestructible,
se armaba de arena y camellos
y paseábamos juntos por su ombligo incendiado
Cuando era hierba me acostaba sobre ella
y era el cielo que miraba, las aves y las nubes,
Ana sabía mostrarme que era otras cosas además de tierra.
Quizá amaneciera como mar, se cortaba el cabello
y era como verla desde el principio como antes del tiempo,
si despertaba hecha las calles,
una nota me contaba como se hicieron las aguas,
como parió la risa al mundo.
Ana nunca reparó en ser la misma de antes
Uno creería lo que fuera de ella,
le importaba tan poco el matrimonio,
le avanzaban los años metida entre las sabanas
y jugaba a que éramos otras dos personas, unas que se amaran.
A mi me bastaba ser uno cuando ella andaba cerca,
aunque quisiera ser el bosque silenciado,
aunque me pidiera acompañarla
entre casas tristes, abandonadas de hace tiempo.
Yo caminaba junto a ella con las manos en los bolsillos,
quería verla justo en el momento, en el cambio a otra,
así podía pasar las tardes del mundo.
CARLOS DÍAZ
2 comentarios :
He quedado sin palabras por la expresión de amor que guardan todas y cada una de estas palabras de Mis Historias.
Si fuera más ambicioso te pediría que me dejes publicar la poesía en mi blog, pero me conformo con ser uno de tus seguidores que admira y mucho tu trabajo.
Gracias Ana.
Victor, si que es preciosa. Por supuesto que puedes publicarla en tu blog. Gracias a ti por leerme.
Feliz Navidad y Año Nuevo, un beso.
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