COMINO

El comino procede de Turkestán y Egipto, pertenece a la familia de las umbelíferas. Desde tiempos remotos ha tenido múltiples usos, tanto para condimentar los alimentos como para aliviar multitud de dolencias. En la Edad Media, era una especia muy cotizada para condimentar las aves.

En Egipto, el comino era considerado una de las cuatro semillas, (las demás eran el anís, el cilantro y el hinojo) fogosas y excitantes, por esa razón, lo apreciaban muchísimo y la utilizaban como afrodisíaco y la ponían como ofrenda en las tumbas de los faraones.

En Alemania era costumbre llevar atado al cuello una pequeña bolsa llena de cominos para alejar a las brujas y los malos espíritus. Hoy en día, las novias llevan comino para apartar las fuerzas negativas.

En algunos lugares lo utilizan para encender la pasión, poniendo la semilla empapada en vino. Se pone en una botella de vino blanco unas cuantas semillas de comino, se deja reposar y se debe beber con la pareja. Dicen que el efecto es maravilloso.

El comino se emplea en la elaboración de algunos tipos de embutidos, quesos, panes, incluso en algunas regiones es un ingrediente para elaborar gazpacho. Se emplea en platos muy diversos, tanto de carne o pescado como de verduras y también en postres. Es indispensable en la elaboración del curry.

Sus propiedades medicinales son; actúa como sedante, tiene propiedades para mantener los niveles de glucemia en la sangre, ayuda a eliminar líquidos, antiespasmódico, digestiones pesadas, aerofagia, analgésico, diarreas, trastornos menstruales, digestión lenta, etc.