FUNERALES HITITAS
Los funerales de los reyes y reinas hititas duraban unos veinte días. Los cadáveres recibían manipulaciones, nada que ver con los embalsamamientos de los egipcios, en cambio los hititas, parece ser, que sólo buscaban que los cuerpos tuvieran buen aspecto para que el alma viajase al más allá. Los hititas creían que había otra vida.
En 1936 se encontraron en unas excavaciones unos texto que explican los rituales que llevaban a cabo:
“En el segundo día, nada más que hay luz, las mujeres se encaminan a la pira para recoger los huesos. Terminan de apagar las últimas brasas del fuego con diez jarras de cerveza, diez jarras de vino y diez de walhi.
En seguida se llena de aceite refinado un jarrón de plata de media mina y veinte siclos de peso. Buscan los huesos con pinzas de plata y los echan en aceite refinado del jarrón de plata, después los extraen del aceite refinado y los extienden sobre un gazarnulli de lino debajo del cual se ha colocado un vestido fino.
Y en el momento que han terminado de recoger los huesos, los envuelven junto con el tejido de lino en el vestido fino y los dejan encima de una silla, si han pertenecido a una mujer, los colocan en un taburete.
Alrededor del lugar de la pira donde se ha quemado el cadáver dejan doce hogazas, y sobre éstas ponen pastel de sebo. El fuego ya ha sido apagado con cerveza y vino. Delante de la silla en la que se encuentran los huesos colocan una mesa y ofrecen hogazas calientes, hogazas... y hogazas dulces para romper. Los cocineros y los hombres de mesa ponen los platos a la primer oportunidad y, poco después, los retiran. Y ofrecen comida para que la compartan todos los que han venido a recoger los huesos.
Luego les dan tres veces de beber y la misma cantidad han de beber su alma. Ya no hay hogazas ni instrumentos musicales de Ishtar.
Al mismo tiempo se han traído de palacio dos bueyes y un par de grupos de ovejas. Se sacrifican un buey y nueve ovejas en honor del alma del difunto. Luego se recogen los huesos para llevarlos desde el ukturi a la casa de piedra. Los dejan en la cámara interna, acondicionan una cama, toman los huesos de la silla y los dejan en la cama, colocan delante de los huesos una lámpara (…) (y?... de...) siclos de peso con aceite refinado, entonces sacrifican un buey y una oveja en honor del alma del difunto”.
Lo que sigue al texto es incomprensible para los expertos.
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