31 de enero de 2010

PERSONAJES Y SUS MANIAS EN LA CAMA

Marcel Proust, escritor francés, raras veces abandonó su dormitorio en el transcurso de los muchos años que se pasó escribiendo “En busca del tiempo perdido”.

Oblomov, el héroe de la novela de Iván Goncharov, novelista ruso, se pasó la mayor parte de su vida en la cama. El hecho de permanecer en la cama hacía que ambos hombres, el real y el imaginario, tuvieran menos necesidad de enfrentarse con las complicaciones del mundo diurno.

En el siglo XIV, el monarca francés Luis XI llegó al extremo de comparecer ante el parlamento recostado en una cama instalada sobre un estrado.

En el transcurso de su visita a Estados Unidos Charles Dickens hacía disponer siempre el mobiliario de su dormitorio en los hoteles de tal modo que la cabecera de la cama estuviese dirigida hacia el norte, según la brújula que llevaba. Era un esclavo de la teoría de que las corrientes magnéticas que discurrían entre los polos norte y sur siguieran su camino natural a través de la cama.

El gran tenor Enrico Caruso, dormía rodeado por dieciocho almohadas.

René Descartes se pasó buena parte de su vida en la cama y allí fue donde concibió muchos de los elementos de su filosofía.

Thomas Hobbes, el filósofo Inglés del siglo XVII, elaboró muchos de sus conceptos en la cama, y se afirma que solía garabatear sus ideas y fórmulas matemáticas sobre las sabanas e incluso sobre sus propios muslos.

2 comentarios :

enrique DICE

Añadiendo al magnífico poeta y premio nóbel Vicente Aleixandre, que por su mala salud de hierro escribía en la cama sus espléndidos poemas...

A mi me gusta la cama incluso para dormir...

Ana DICE

Enrique pues lo añadimos. Yo es que duermo poco.
Un beso.