EL KA EN EL ANTIGUO EGIPTO
El Ka en la mitología egipcia era una de las siete partes del hombre. Corresponde al genio de los escritores clásicos, constituyendo una entidad aparte, una especie de doble espiritual. Las oraciones en las tumbas son ofrendas al Ka de los difuntos.
En los primeros tiempos se menciona el oficio de Hen-Ka, (ministro o sacerdote del Ka). En escenas de nacimiento como el de Hatshepsut en Der-el-Bahri, siempre aparecen dos figuras pequeñas representadas, una la del infante real, la otra la de su Ka.
La dificultad que podía suponer para el egipcio común un concepto tan abstracto queda en evidencia por las imágenes esculpidas para que habitase el Ka cuando el cuerpo estuviese muerto y momificado.
Se trataba de replicas exactas del difunto, y se situaban en un serdab (cámara escondida) en la tumba para el uso del Ka.
Cada faraón tenía un nombre Ka especial encerrado en un cartucho cuadrado en un estandarte.
No eran sólo seres humanos los que tenían Ka sino todas las cosas, dioses, localidades, muebles y para que el Ka estuviese bien servido, los objetos que pudiese necesitar se rompían para liberar los Kas y se colocaban en la tumba.
Se representaba como dos brazos extendidos, expresando el poder creador en el que la vida se respalda.
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