HASTA QUE...

 

A veces hay que alejarse un poco. 

Hasta que nos extrañen o hasta que nos olviden.

MERMELADA DE ZARZAMORA Y MANZANA

 

Mermelada de zarzamora y manzana

Ingredientes

• 1,8 kg de zarzamoras, limpias
• 700 gramos de manzanas ácidas, peladas, sin corazón y a rodajas
• 2,7 gramos de azúcar
• 1 nuez de mantequilla

Elaboración

Poner las zarzamoras en un cazo grande con 150 ml de agua y mantener a fuego lento hasta que estén blandas.

Poner las manzanas en una cacerola con 150 ml de agua y mantenerlas a fuego lento hasta que estén blandas. Reducir a pulpa con una cuchara de madera o pasapurés.

Añadir las zarzamoras y el azúcar a la pulpa de manzana, removiendo hasta que se disuelva y añadir la mantequilla. Llevar a ebullición y cocer a fuego vivo, removiendo con frecuencia durante 10 minutos hasta obtener una mermelada consistente.

Espumar y envasar.

CANCIONES EN MI MEMORIA CXVI

LA HISTORIA EN TIEMPOS DE HERNÁN CORTÉS

 

El poder de España en la época de Hernán Cortés no tenía comparación. El motor del imperio fueron las colonias en América que alimentaban el tesoro de Carlos V, quien lo utilizó para expandir su influencia y dominar gran parte de Europa.

Antes de las reformas en Europa, el catolicismo era la religión dominante. Graves castigos se infligían por negar la palabra de Dios o la fe cristiana. España extendió el catolicismo a sus colonias. En la actualidad es la religión dominante en América Central y América latina.

La exploración estaba en auge, pero la mayor parte de las Américas, en el oeste y Asia, en el este, todavía eran inquebrantables. Algunos europeos trazaban líneas de costa y tomaban contacto con algunos pueblos indígenas en la costa pero el interior se desconocía.

No existía la democracia como en la actualidad la conocemos. Europa era gobernada con firmeza por monarcas absolutistas. Era una visión virtuosa, ya que era Dios quien decidía quien debía gobernar. Cualquiera que discutiera esta jerarquía iba en contra de Dios y el derecho divino.

Los caballeros de la corte eran los que mandaban en los grandes países europeos. No bastante con tener esa posición, tenían que comportarse como cortesanos y actuar íntegramente y misericordiosamente. Nadie que no fuera bendecido por la corte se podía acercar a las colonias o a los centros de poder.

OTRO DESTINO

 

…Y cuándo él finalmente se decidió...

... a ella se le atravesó otro destino…