14 de septiembre de 2023

PARAMÉDICOS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

 

En sus orígenes, los paramédicos durante la Segunda Guerra Mundial de los Estados Unidos, no iban armados, pero enseguida se dieron cuenta que eran un blanco fácil en el campo de batalla. Se les equipó con una pistola M1911, más tarde, con una carabina M1. Este fusil semiautomático del calibre 0.30 les proporcionaba una considerable potencia de fuego sin reducir su movilidad.

Los paramédicos no solían lucir insignias médicas en los cascos durante la batalla, ya que en la Segunda Guerra Mundial los japoneses los consideraban blancos legítimos. Una cruz roja sobre fondo blanco los hacía especialmente visibles, sobre todo cuando estaban parados atendiendo a un herido, así que se eliminó del código de insignias.

Colgando de un arnés sobre sus hombros el paramédico llevaba suministros médicos. Venas, torniquetes, medicinas y morfina junto con otros objetos necesarios para estabilizar a un soldado herido hasta su traslado al hospital. Los médicos de batalla cargaban con menos equipamiento que otras unidades médicas.

Llevaban una chaqueta que había sido diseñada como una chaqueta normal para uso civil, más tarde, fue elegida por la Marina de los Estados Unidos como vestimenta para sus soldados. La chaqueta P41 formaba parte del uniforme de combate de los paramédicos, y estaba diseñada para ser resistente, ligera y transpirable en las condiciones climáticas de humedad del sudeste del Pacífico.

La deshidratación en medio del extremo calor y humedad de la jungla era un gran riesgo. Todos los soldados de servicio debían llevar una cantimplora llena, pero para los paramédicos era una pieza de equipamiento que además les servía para curar, por ejemplo, dando de beber a compañeros deshidratados o para limpiar las heridas. Gracias a las pastillas purificadoras de agua, las cantimploras podían rellenarse con agua de río.

Un paramédico llevaba dos pequeñas bolsas que contenían todo el instrumental necesario para hacer su trabajo. Un botiquín estándar se componía de: tijeras, pinzas, navaja, rollo de alambre, lapicero y cuaderno. En caso de estar en la jungla, se añadían algunos objetos más. Respecto al M1, el M2 incluía también repelente de insectos, ungüento para el pie de trinchera, pastillas purificadoras de agua y sulfadiazina (antibiótico).

Un gran cuchillo de gran peso y muy afilado que era utilizado en origen como instrumento para tareas agrícolas. Servía para abrirse paso entre la vegetación más densa, así que fue adoptado por los marines y los paramédicos destinados al Pacífico. También se podía emplear como arma cuerpo a cuerpo, una práctica en la que los granjeros filipinos eran famosos por su destreza.

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