LA ESCUELA PITAGÓRICA

La llamada escuela pitagórica era una especie de secta que seguía a un líder carismático, Pitágoras. Su organización estaba muy jerarquizada, con la frase; “él lo ha dicho”, referida a Pitágoras, así se zanjaba cualquier discusión.

Se aceptaba a jóvenes, también se incluían las mujeres, lo que garantizaba la perpetuación interna y familiar del grupo.

Sus miembros se mostraban muy enfrentados contra los que abandonaban o rompían la ley del silencio. Se estableció una distinción entre los mienbros; los matemáticos (conocedores), más dotados para el aprendizaje, y los acusmáticos (oyentes), que recibían conocimientos más simples.

Para acceder a estas categorías había que someterse a duras pruebas, y se expulsaba de inmediato a quienes no las superaban. Era un modo de vida alternativo, Platón decía, “Un modo de vida pitagórico”, sustentado en la vida en común y en la entrega de las propiedades a la comunidad. Uno de los lemas de Pitágoras decía: “Las cosas de los amigos son comunes”.

Pitaágoras impuso a sus seguidores una dieta vegetariana que evitaba el consumo de animales (él creía que el alma inmortal emigra a otros seres vivos). Para asegurar la unión interna, impuso unos preceptos que era obligado cumplir, expresados mediante symbola (simbólicamente).

Entre estos preceptos simbólicos Pitágoras ordenaba no remover el fuego con un cuchillo, para no excitar la ira de los poderosos, hacer la cama al levantarse y no dejar en ella la marca del cuerpo, recordatorio a estar siempre dispuesto a viajar, no hablar sin luz, no decir nada sin conocimiento de causa, o abstenerse de comer habas.