24 de febrero de 2011

ANIMALADAS


Para evitar el recalentamiento de los huevos durante el verano, el ave australiana jaribú recoge con su pico agua fresca de una charca y la vierte sobre la puesta.

Los pingüinos hembra ofrecen servicios sexuales a cambio de piedras con las que fabricar los nidos.

Los vencejos nunca se posan en el suelo, porque sus patas son tan pequeñas y atrofiadas que nos les permiten coger impulso para el vuelo.

En China, los nidos de la salangana son usados para hacer una sopa exquisita. El ave hace el nido en las cuevas de Insulandia y construye sus nidos con hilos de saliva endurecida.

Los arrendajos, parientes de los cuervos y urracas, transportan varias semillas o frutos a la vez en el buche, para luego enterrarlos uno a uno en escondites individuales. Si el fruto no se hunde lo suficiente, lo golpea suavemente hasta que penetra en la tierra. A continuación, tapa el agujero y dispone encima algunas hojas o piedrecitas. Durante la operación, se cerciora de que ningún otro arrendajo esté observándole.

Para buscar comida, el alcatraz puede organizar excursiones de pesca que duran 13 horas, alejándose de la colonia más de 600 kilómetros mar adentro.

Las crías del hoacín, ave del Amazonas, tienen dos uñas en cada ala, que le ayudan a trepar a cuatro patas entre las ramas de los árboles. Estos ganchos desaparecen a medida que el pollo crece.

El fulmar o petrel argénteo, ave marina del Atlántico norte, defiende su nido escupiendo al intruso pelotas de comida semidigerida. Puede acertar a un blanco situado a dos metros de distancia.

Para alimentarse, los polluelos del martín pescador se disponen en forma de estrella. El que esté de cara hacia la entrada del nido es el primero que reclama el alimento. Cuando recibe su ración, se aparta de la entrada para que ocupe su lugar el siguiente polluelo.

Incapaz de elevarse sin impulso, el colimbo debe correr sobre el agua durante más de 100 metros para alcanzar la velocidad de despegue; 35 kilómetros por hora.

El color rosa de las plumas del flamenco común se debe al caroteno que contienen los crustáceos de los que se alimenta, como la artemía (Artemía salina).

Foto: shutterstock.com

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