CHOQUE ELÉCTRICO
-Un hombre estaba triste por una pelea con su novia y decidió
que necesitaba aire fresco para aclarar su cabeza. Pensó en subir a una torre,
así que escaló una al sur de Hartford al lado de la carretera I-91.
Antes de llegar a ella, decidió detenerse para comprar un
pack de seis botellas de cerveza que, según él, le ayudarían a despejar sus
pensamientos. Se sentó veinte metros por encima de la carretera, bebiendo la
cerveza y consolándose el mismo.
Cuando iba por la quinta cerveza se dio cuenta que
necesitaba ir al baño. El camino de bajada era largo hasta llegar al servicio,
así que se bajó la cremallera del pantalón y decidió hacer sus necesidades
hacia fuera de la torre.
La electricidad no necesita tocar un cable para electrocutar.
En estas líneas de ciento quince mil voltios, dependiendo de las condiciones,
se puede estar a una distancia de quince centímetros y aun así dar corriente.
El joven de la historia procedió a orinar cerca del cable,
la corriente formó un arco con su orina (el agua salada es un excelente conductor
de la electricidad), alcanzó sus partes y lo arrojó fuera de la torre. No se
sabe si murió o por el contrario salió ileso del accidente.
-Un chico suizo de diecisiete años se mató en la estación de
ferrocarril de Siebnen-Wangen, en el cantón Schwyz, durante la tarde del 27 de
abril de 1997. Se electrocutó al subirse al techo de un tren y agarrarse a los
cables eléctricos. Quería probar a un amigo que, durante la noche, no había
corriente en los cables eléctricos del ferrocarril porque la cortaban. Pero no
era así.
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