TRINCHADOR MEDIEVAL
Las reglas de trinchar la carne en las mesas de la alta
sociedad europea medieval pertenecían a un mundo de símbolos y signos. Cada animal
tenía su propia lógica y tenía que cortarse en consecuencia. Existía una
relación entre los cuchillos con los que se trinchaba y las armas con las que
se cazaba, el objetivo era dividir el botín de la caza siguiendo un estricto
orden,
El cuchillo del trinchador tenía que seguir unas líneas y
los nervios de las diferentes piezas, y tenía que hacerlo al servicio de un
lord, no podía cortar a su aire.
El trinchador tenía que saber que las alas de la gallina se
picaban, mientras que las patas se dejaban enteras, saber estas cosas estaba
considerado un honor. La labor del trinchador tenía tanta importancia en la
corte que se convirtió en un oficio especializado, desempeñado por funcionarios
a los que se les asignaba ese trabajo. Algunos de ellos pertenecían a la nobleza.
El trinchador medieval no se encargaba de toda la mesa, sino
que estaba al servicio de un único lord. Su tarea no era repartir bien la
comida, sino hacerse con las mejores partes de lo que había en la mesa para
deleite de su señor. También untaba las diferentes salsas en pequeños trozos de
pan y se los daba a probar a los camareros, para asegurarse de que no
estuvieses envenenadas. Además, su trabajo también consistía en que su lord no
consumiese alimentos que pudieses resultar indigestos como cartílagos, plumas,
piel…
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