CASTAÑAS PASADAS POR AGUA
La señora Rabbit todos los inviernos ponía su puesto de castañas en el mismo cruce de la aldea Animaland. Era un acontecimiento muy esperado por todos, porque era la señal que anunciaba que en breve llegaría Navidad.
A todos los pequeños les gustaba rodear el puesto de la
señora Rabbit para sentir el calor de la gran estufa y ver cómo se asaban las
castañas sin llegar nunca a quemarse. Y a las cinco de la tarde, siempre
aparecía el señor Fox cargado con los periódicos del día anterior, con los que
la señora Rabbit hacía divertidos cucuruchos para envolver sus castañas.
Sin embargo, el
domingo empezó a llover. Al principio eran unas pocas gotas, pero poco a
poco la lluvia fue
ganando intensidad. Los más valientes, que no querían quedarse sin sus
castañas, se acercaban al puesto bajo sus paraguas. Pero cada vez los charcos
eran más grandes y apenas se podía ver con tanta lluvia.
Tanto llovió, que el agua destruyó el pequeño puesto y la
tormenta arrastró las castañas calle abajo dirección al río. La señora Rabbit
no sabía qué hacer para salvar a sus castañas y tenía miedo que ese año la
aldea Animaland no tuviera unas navidades con castañas calentitas. Preocupada y
asustada, gritó pidiendo ayuda.
El señor Bird, que volaba con su familia bajo el agua para
darse todos un buen baño, escuchó a la pobre señora Rabbit. Por un momento se puso en el lugar de la castañera y
se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Si él se viera en esa situación, también
querría que le ayudaran. Rápidamente organizó a sus pequeños para que, desde el
cielo, no perdieran de vista el viaje que habían emprendido las castañas.
Gracias a la ayuda del señor Bird y su familia, que
tuvieron controladas continuamente a todas las castañas, el señor Fish pudo
recuperarlas todas en el río al conocer su posición exacta.
Azucena Zarzuela
0 comentarios :
Publicar un comentario