MICHAEL Y LA TRITURADORA DE TRONCOS
El propietario de los Aserraderos Carrier de Bangor, Maine,
tenía en su empresa una máquina trituradora de troncos, cuya misión era
desmenuzar troncos de abedul o arce de hasta sesenta centímetros de diámetro
para reducirlos a astillas de dos centímetros.
La máquina había estado teniendo problemas técnicos y no era
extraño que se atascase con la propia madera que tenía que astillar.
El 1 de marzo del año 2000, se atascó una vez más. Michael,
el propietario, desesperado, no se le ocurrió otra cosa que tratar de repararla,
pero antes se le olvidó apagarla; se subió a la cinta transportadora que llevaba
los troncos hasta la tolva de la trituradora, caminó haciendo equilibrio por
ella, llegó hasta la tolva con un rastrillo en la mano e intentó desatascar con
esa herramienta la corteza que obstruía el conducto…
De repente los rodillos dentados se destrabaron y atraparon
el rastrillo… Michael perdió el equilibrio y cayó de cabeza dentro del embudo. Su
final había llegado.
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