TALLAS BALINESAS ASESINAS
En los años 30 y 40, las tallas de madera balinesas eran muy apreciadas por amantes del arte del mundo entero. Los del SOE (Dirección de
Operaciones Especiales) hicieron su versión de talla balinesa en Gran Bretaña.
En lugar de fabricarlas en madera, las tallaron con potentes
explosivos sólidos. Su intención era utilizar agentes nativos como vendedores
ambulantes en los muelles e intentar vendérselas a las tropas japonesas que
estaban a punto de embarcar.
Las estatuillas imitaban materiales como madera, arcilla o porcelana. Los que
se animaban a comprarlas no sabían que las tallas contenían una bomba con reloj
que explotaría más tarde.
Esa idea se extendió a las lámparas chinas cuando la sección
de Camuflaje del SOE las construyó utilizando madera ligera y yeso para imitar
a las tallas originales. Los cinco compartimentos resultantes se rellenaban con
explosivos de alta gama que se podían detonar con una bomba de tiempo, o a través
de un sistema anti-extracción.
No se sabe si fueron un éxito o un fracaso, pero la Sección de Camuflaje del SOE desarrolló esta idea mucho más y colocó explosivos en cosas tan diminutas como frutos secos o tornillos. También lo hicieron en libros o bombas de bicicleta.
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