4 de abril de 2011

EFLUVIOS PERSONALES Y SEXO


Los médicos medievales utilizaban los perfumes con finalidades curativa. Esencias, olores, vahos, infusiones y aspiraciones, formaban parte de sus conocimientos. Los perfumes se utilizaban específicamente para resolver los problemas del sistema nervioso, como desequilibrios, enajenaciones y depresiones.

La animación o depresión desde el punto de vista orgánico tiene una explicación científica, la congestión o descongestión de la glándula pituitaria. Ésta se encuentra ligada al sexo y, por lo tanto, con la líbido. El aroma que gusta produce inconscientemente fantasías sexuales, excitando la líbido hacia la persona que despide ese olor.

La glándula pituitaria no funciona de la misma manera en el niño que en el adulto. Empieza a actuar en su plenitud a partir de la adolescencia y, está vinculado con el desarrollo sexual del individuo.

La relación entre el olor y la sexualidad es muy intensa. En el universo vegetal, esto es evidente. Se ha comprobado que el instante de exaltación del perfume de una flor se produce cuando se abre, luego aumenta de intensidad, y va decreciendo gradualmente hasta desaparecer pocos minutos después de que la flor se haya cerrado. El ciclo coincide con los momentos de mayor actividad de los órganos genitales y reproductores de las plantas, que se encuentran en la misma flor. En los casos en los que el proceso de reproducción es externo, el perfume actúa como atracción de insectos, que se encargan de transportar las sustancia reproductoras. Entre los animales pasa algo parecido, por ejemplo entre los perros en las épocas de celo.

Algo similar pasa entre los seres humanos. Parece ser que la mujer exhala un olor característico (imperceptible) que estimula al hombre hacía la cópula, y ese olor se nota más durante el acto sexual. Tiene mucha importancia el olor en los procesos de atracción o rechazo en el acto sexual.

Existe desde el punto de vista esotérico una teoría que dice que hay una ley de polaridad, cuyo potencial varía de una persona a otra. El polo positivo, está representado por las personas a las que la acción de un perfume incita al acto sexual. Su opuesto el polo negativo, está representado por aquellas a las que un aroma lleva a adoptar una conducta de inhibición. Entre unas y otras, se sitúa un tipo intermedio que reacciona con tanta o mayor intensidad que el polo positivo ante ciertos perfumes, y se inhibe tanto o más que el negativo ante otros. Este tipo intermedio es el más frecuente en las personas.

LAMINA DE PEGGY ABRAMS

4 comentarios :

Merce DICE

No soy muy amiga de usar perfume. Poco y en contadísimas ocasiones. Me molesta la gente que abusa de perfumes. Incluso el gel y el champú me gustan sin olor. Me gustan los olores naturales, los propios (de gente limpia, claro!!)

Besos, Ana.

Ana DICE

Merce yo tampoco soy mucho de perfumes y cuando me pongo es uno que he utilizado desde siempre, muy suavecito, los olores de perfume fuerte me matan. Un beso.

Anónimo DICE

Eso de relacionar olores es cierto, yo normalmente uso colonias fresquitas, que no huelan mucho sino me mareo... y lo del tema sexo, creo que es muy cierto! Yo hace poco que ando por ese mundo y madre mía...

Un beso!

Ana DICE

Marienkafer a mi me pasa lo mismo los perfumes fuertes me marean. Un beso.