EL CORAZÓN DEL PRÍNCIPE EUGENIO DE SABOYA
Tras la muerte del Príncipe Eugenio de Saboya en Viena (1736), sus seguidores (dicen que orientados y manipulados por un nigromante) le solicitaron a Carlos VI que colocasé el corazón del difunto en una urna especial, pues emanaba cierto poder.
El rey se negó, a pesar de que le advirtieron de que una maldición caería sobre él. El cuerpo fue sepultado en la cripta de la catedral de San Esteban en Viena.
Cuenta la leyenda que el corazón no que quería estar en ese lugar y que antes de la inhumación se escuchó su palpitar. Sigue la leyenda que el corazón fue separado del cuerpo, limpiado, aromatizado e impregnado de óleos, e introducido en un relicario de plata y trasladado a un templo de Turín.
En 1974, cuando se efectuaban las obras del metro de Viena, se tuvo que abrir la cripta en la que se encontraba el principe. Sobre la tapa de uno de los ataúdes se descubrió un relicario de plata con una inscripción que decía:
"He aquí el corazón del serenísimo Príncipe Eugenio Francisco de Saboya, que murió en Viena".
Otra leyenda popular dice que el auténtico corazón del principe ya no está en Viena ni tampoco en Turín. Parece que ambos corazones corresponderían a otros personajes, ya que el auténtico abría acabado en un templo secreto que tenía el mago nigromante en un país al este desde donde habría utilizado el corazón para infundir valor a los guerreros y mandatarios.
2 comentarios :
Que curioso ha estado esto. Creer en propiedades mágicas, ser supersticioso, me ha impresionado.
Abrazo
José Jaime que historia más macabra. Un beso
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