ESENCIAS AROMÁTICAS EN LA CORTE NAZARÍ
La destilación de plantas aromáticas y silvestres para la elaboración y fabricación de esencias naturales es una actividad de origen nazarí que aún se desarrolla en algunos lugares de la Vega de Granada. Para ello aún se sigue el método de la época musulmana.
En primer lugar, las plantas aromáticas (tomillo y salvia principalmente), recogidas durante la noche anterior por un grupo de recolectores, llegan a la planta de elaboración. Las meten por separado en el interior de una caldera y vierten 60 cubos de agua (unos 500 litros), hasta rebasar una cuarta parte el borde de la caldera.
Las plantas son prensadas fuertemente, (para ello, los operarios se introducen dentro para hacer más fuerza). El fuego se aviva con hojas secas de tomillo destiladas. Una vez llena la caldera, se procede al cierre de la tapa superior, cuanto más caliente la caldera, más rápido es el proceso.
Un operario extrae agua de un pozo cercano, y por un tubo de goma llega hasta la alberca en la que está sumergido el repertín, para suavizar la temperatura y mantener los 12º C aconsejados.
El vapor que genera la destilación de la caldera se introduce por la única salida que encuentra, la manga, que conduce al repertín, tras un brusco enfriamiento, se licua y llega al recibidor, donde se deposita en la parte superior del mismo, a causa de la densidad, mientras que el agua, mucho más pesada, va al fondo y se vierte en el cubo.
Todo el proceso, desde que se echa el agua en el interior de la caldera hasta que se recoge la esencia en el recibidor, dura entre tres horas y media y cuatro.
Estas fragancias aromatizaban los salones y las alhamas de la corte nazarí, realzando la calidad de vida de los granadinos medievales.
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