28 de enero de 2024

PLANES DE DEFENSA EN UN CASTILLO MEDIEVAL

 

Los castillos medievales tenían planes de defensa para evitar en lo posible los asedios del enemigo.

En primer lugar, solían enviar “espías” para informar sobre los puntos débiles del castillo.  Para evitar que se infiltrasen enemigos, lo mejor era llevar un registro exhaustivo de los que entraban y salían por las puertas.

Para saber si estaban excavando fuera del castillo, lo mejor era colocar un pote de agua cerca de las murallas. Se formarían ondas si estaba teniendo lugar alguna actividad bajo los cimientos.

Las murallas de un castillo estaban diseñadas para protegerlo de un asedio. Eran necesarias almenas que daban a los arqueros la posibilidad de disparar sin quedar expuestos. También se necesitaban torres para la guarnición. Una barbacana a la entrada era una defensa mortífera ante visitantes indeseados.

Cuando el enemigo había penetrado las murallas externas, había que retirarse a la torre del homenaje, el sitio más seguro para esperar hasta que llegara ayuda.

Un ejército que estaba asediando una plaza resultaba vulnerable por la retaguardia. Si los refuerzos atacaban allí, era factible acabar con el atacante de una vez por todas.

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