29 de enero de 2024

BAÑOS PÚBLICOS EN LA HISPANIA ROMANA

 

Uno de los principales lugares de reunión para los romanos eran las termas o baños públicos. Además de la función recreativa y terapéutica, también tenía una función social.

Las termas más importantes de Hispania era las de Caesaraugusta en Zaragoza, las de Campo Valdés en Gijón, las de Clunia Sulpicia en Burgos y las de Itálica en Santiponce, entre otras.

A estas termas acudían personas que no podían permitirse tener un baño en casa, en ocasiones los emperadores concedían baños gratis a la población. A estos baños gratuitos la población accedía por la zona de vestuarios o apodyterium, a partir de ahí, no todo el mundo podía disfrutar de los mismos servicios, ya que había debían disponer de esclavos para un buen uso.

Funcionaban de la siguiente manera: los clientes recibían primero un masaje con aceite y, después de hacer unos ejercicios físicos, se metían en el baño caliente o caldarium, que era calentado con hornos y conductos subterráneos calientes. Después, pasaban a una sala donde se les quitaba el aceite y pasaban por el baño tibio o tepidarium, y el baño frío o frigidarium.

Las termas abrían al mediodía y cerraban a la puesta del sol. En origen eran mixtos, pero a raíz de la práctica del cristianismo en el Imperio Romano, la práctica empezó a ser considera inmoral por estimular los encuentros eróticos entre sus consumidores, por lo que el emperador hispano Adriano, de la dinastía antonina, prohibió los baños mixtos en 138 d. C.

A partir de ese momento, como no siempre había espacio suficiente para construir baños de hombres y mujeres, se establecieron horarios según el sexo del cliente.

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