20 de abril de 2011

ESCLAVOS HITITAS


Los esclavos ocupaban el último escalón social. Eran útiles para realizar los trabajos más duros e inhumanos, se les mantenía bien vigilados para que no escapasen y se procuraba conservarlos sanos y bien alimentados. Cuando eran demasiados se les dejaba morir por desnutrición o agotamiento.

Normalmente, estos esclavos se decicaban al pastoreo, a transportar agua y a llevar perfumes a las casas más importantes. La mayoría habían sido prisioneros de guerra, también se encontraban hititas a quienes el rey, la Asamblea de Notables o el Consejo de Ancianos había castigado.

Entre los esclavos, había diferencias según lo que querían sus dueños. Si éstos eran generosos podían situarlos en una posición de trabajadores. Con esto tenían un trato mejor y hasta algunas ventajas económicas y sociales, como la de poder casarse con una mujer libre. En este caso debían tener el dinero suficiente para poder comprarla, ya que los hititas pagaban una especie de dote, que pagaban a los padres de la novia.

Existían una leyes específicas de los señores con sus esclavos, algunas de ellas son:

“Si un esclavo se enfrenta a una dificultad, se halla obligado a planteárselo a su señor, y éste debe escucharle con el propósito de resolver la situación. En el caso de que el esclavo cometiese una falta, pero la reconociese ante su señor dispuesto a asumir el castigo, debe merecer una cierta benevolencia. Mejor será si le perdona al comprobar que no volverá a caer en otra falta”.

“El esclavo debe presentarse ante su señor limpio y con la vestimenta apropiada, especialmente en los lugares donde se come y se bebe. De esta manera será bien estimado. Pero si se mostrara descuidado, poco obediente y amigo de hacer lo que se le antoje, su señor le tratará como se merece. En el caso de que se excediera con sus negligencias, hasta provocar la ira de su señor, se le cortará la nariz o las orejas, se le vaciarán los ojos o se le dará muerte. Llegados a este extremo, el castigo alcanzará a los hijos, la esposa, los hermanos y hermanas y todos los demás componentes de la familia del esclavo. Porque cuando éste haya sido ajusticiado, no debe quedar sobre la tierra ni una sola simiente de su maligna estirpe".

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