EL LENGUAJE DEL PEINADO EN EL ANTIGUO EGIPTO

Más allá de la estética, el peinado era un signo de identificación de las distintas etapas de la vida de una persona.

Los niños, mientras lo eran, llevaban recogido un largo mechón de cabello colgando de un lateral de la cabeza rasurada.
Las mujeres de parto lucían una especie de moño alto despeinado, cuando el niño nacía se lo soltaban. Parece ser que recogiéndose el cabello conjuraba a los espiritus malignos, una vez conjurados el niño estaba preparado para nacer. También se lo recogían en el momento de amamantar al bebé.

También era distintivo de determinados rituales, y de condición social. Las plañideras, mujeres que lloraban al difunto en los funerales, se arrancaban el cabello frontal de sus largas melenas, mientras tiraban ceniza sobre ellas en un gesto de dolor.

Los allegados de los difuntos solían dejarse el cabello largo y despeinado, en señal de luto.
Los sacerdotes de menor rango iban con la cabeza totalmente afeitada.

Los campesinos, al trabajar todo el día a pleno sol, en las labores agrícolas, ganaderas o manuales, lo llevaban rasurado o muy corto, por razones de comodidad e higiene.

Las clases nobles se permitían el lujo de poderlo llevar más largo, ya que de él cuidaban diariamente peluqueros o sirvientes, en ocasiones se afeitaban la cabeza, cubriéndola, según la ocasión, con diferentes pelucas.