11 de febrero de 2025

MERCADOS Y SUPERMERCADOS EN LA HISTORIA

 


En Grecia, hace dos mil quinientos años, se regularon las normas en lo relacionado con pesos, medidas y precios en los productos. Pericles, estadista griego, dotó a la ciudad de Atenas de un gran mercado del trigo, donde ubicó pequeñas tiendas de todo tipo. Era un mercado fijo, que reemplazaba la antigua costumbre de los mercados móviles, en algunos días señalados. La compra la hacían los hombres, las mujeres tenían prohibido el acceso al recinto.

En Roma, el mercado estaba ubicado en el foro. A él acudían campesinos, ganaderos, artesanos de todos los oficios, cambistas, cómicos, políticos… El mercado servía de distracción además de realizar compras, cambios, ventas y se especulaba en bolsa de valores o cambios de moneda.

En la Edad Media se empezaron a construir grandes superficies techadas con tejados sostenidos por columnas, pilares y muros de mampostería. No eran permanentes. Los productos se vendían por separado. Una vez a la semana se podían comprar los productos perecederos: huevos, pescado, frutas, hortalizas, manteca, leche y queso. Había otro mercado para las mercancías manufacturadas y artesanales; otro dedicado al ganado, y un mercado exclusivo de especias. No se celebraban cada día a causa de las distancias que tenían que recorrer los vendedores y no les era rentable el desplazamiento.

En 1789 surgió en los Estados Unidos el primer supermercado moderno, o grandes almacenes populares donde los precios eran más económicos que en las tiendas tradicionales. En 1930, los supermercados empezaron a abrirse camino rápidamente y con ello la reducción de precios.

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