LEPISMA
Una especie muy antigua que vive en la Tierra desde hace
millones de años es la lepisma común (lepisma saccharina), también conocido como pececillo de plata, un insecto diminuto
pero visible de la orden de los thysanura. Suele vivir donde hay mucha humedad,
por ejemplo, en los baños.
Es alargada, plana, de 1,2-2,5 cm de longitud. A diferencia
de los piojos y los ácaros, no es un parásito. Come materia rica en almidones y
azúcares, como el algodón, papel, alfombras, fibras sintéticas y cuero.
Es muy rápido gracias a sus seis patas y su cuerpo aerodinámico,
lo que le permite escabullirse para esconderse de forma muy dinámica.
Al igual que los ácaros y los piojos, las lepismas son estéticamente
muy desagradables, porque al igual que para sus compañeros, la belleza no es
una prioridad evolutiva. A pesar de que casi todas las variedades tienen ojos
compuestos, la lepisma no los necesita, algunas variedades no los tienen, ya
que sus largas antenas y sus tres cercos, que son unos apéndices que tiene en
la parte posterior y le sirven como órganos sensoriales, le indican
perfectamente dónde está.
Gracias a su extraordinaria velocidad (para su tamaño), prácticamente
no tiene depredadores, solo algunos ciempiés y algunas arañas pueden cazarla. La
lepisma tiene otra ventaja extra, puede llegar a pasar un año sin comer, lo que
multiplica sus probabilidades de supervivencia y reproducción.
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