LA FIESTA DE LA AMISTAD
Durante las guerras napoleónicas, España firmó un tratado
con Francia en 1807 por el que se comprometía a enviar tropas a Dinamarca para
evita el desembarco inglés en Jutlandia, Dinamarca.
Cuando en 1808 Francia invadió España, los franceses pasaron
a ser sus enemigos y los ingleses sus aliados, por lo que el tratado quedó
derogado.
La ausencia de comunicaciones en esa época en España hizo
que a la localidad granadina de Huéscar no llegara la noticia, y el 11 de
noviembre de 1809 el pueblo declaró la guerra a Dinamarca.
Después de la restauración de Fernando VII, nadie se dio
cuenta de que “teníamos una guerra pendiente”. Así siguieron las cosas hasta
que en 1981 un historiador, Vicente González Barberán, encontró el original de
la declaración de guerra.
Cuando el hecho llegó a oídos de un corresponsal de
televisión danesa, las autoridades de aquel país convirtieron la firma de la
paz en toda una fiesta, y el 11 de noviembre de 1981, 172 años después de la
declaración de guerra, el embajador danés Morgens Wandel Petersen y el alcalde
oscence José Pablo Serrano firmaron el fin de las hostilidades en un acto al
que se desplazaron miembros de la colonia danesa residente en la Costa del Sol,
a quienes se advertía: “Atención, daneses, están entrando en territorio
enemigo. Si deciden pasar, aténganse a las consecuencias”.
Según el lema de la llamada fiesta de la Amistad; “afortunadamente
siempre habrá una paz que firmar, una copa con que brindar y un amigo al que
abrazar”.
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