PERDIDA EN EL AMAZONAS
El 24 de diciembre de 1971, el vuelo LANSA 508 salió de
Lima, Perú, su destino era Pucalipa. Juliane Koepcke, de 17 años, viajaba con
su madre con la intención de pasar las vacaciones con su padre que se
encontraba trabajando en esa ciudad.
El avión comenzó a dar violentas sacudidas y un relámpago
alcanzó al avión, seccionando el ala derecha y precipitándose sobre la selva.
De los 92 pasajeros que viajaban en el avión solamente sobrevivió Juliane.
Había tenido mucha suerte ya que solo sufrió la rotura de la clavícula y
algunas contusiones.
Tuvo suerte en sobrevivir, pero que haría sola en la selva
amazónica, rodeada de pirañas, serpientes y jaguares. Sin ningún tipo de
herramienta, ni siquiera calzado y ropa apropiada, ya que iba vestida con unas
sandalias blancas y un vestido de algodón. Con lo único que contaba era con una
bolsa de golosinas.
Al cuarto día ya no tenía golosinas, por lo que sus
probabilidades de salir con vida eran muy pocas.
Siguiendo los consejos que en una ocasión le dio su padre,
siguió el curso de un arroyo, con la esperanza de que la llevara a un río más
grande donde viviera alguien. También siguió el canto de los hoacines, unas
aves que únicamente se encuentran cerca de los grandes ríos.
Al décimo día, el 3 de enero de 1972, Juliane fue encontrada
por tres cazadores, estaba sana y salva, aunque asustada.
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