Este árbol de la familia de las Laureáceas, ha tenido fama de tener algo que ver con las fuerzas ocultas., parece que por su capacidad clarividente resulta beneficioso para las personas, siendo símbolo de buena suerte.
En la Antigua Grecia y en el Imperio Romano, este árbol fue muy importante, por lo menos las hojas, deportistas, guerreros, emperadores y cualquiera que sobresaliese en algo, era condecorado con una corona de laurel, pues representaba la victoria, el triunfo y la grandeza.
Los romanos coronaban a su Cesar con hojas de laurel, no sólo porque le auguraba fortuna en su mandato sino porque el poder de la clarividencia le permitía comprender de antemano cual era el mejor destino para su pueblo.
Los magos utilizan desde hace siglos, ramas de laurel en sus rituales esotéricos, y las pitonisas del Oráculo de Delfos, las agitaban sobre sus cabezas, también coronadas por laureles, antes de entrar en sus trances.
Los especialistas en profecías pensaban que una rama de laurel en su mano izquierda les ayudaría a desentrañar mejor sus vaticinios.
Dejando secar una hoja de laurel, y llevándola en el bolso o en el monedero, dicen que da buena suerte.
Las partes verdes, se utilizan para elaborar infusiones que alivian los problemas estomacales y reducen la hipertensión. Con las semillas se fabrica el aceite aromático de laurel, que se utiliza en la fabricación de jabones y otros productos de perfumería.
Según la tradición, quien se quede dormido bajo este árbol verá su futuro reflejado en sueños.