20 de junio de 2025

ESPERANDO

 

Si esperamos hasta que estemos listos, estaremos esperando por el resto de nuestras vidas.

El ascensor artificioso, de Lemony Snicket.

5 de junio de 2025

ESTOY EN UN PUNTO

 

Estoy en un punto donde no quiero a nadie que me complique la vida o me haga sentir mal. No estoy para andar adivinando o arreglando a nadie, no vine a llenar vacíos ni para que jueguen con mi atención. Busco coherencia, donde lo que se dice vaya de la mano con lo que se hace.

11 de abril de 2025

TODO...TODO

 

Todo, absolutamente todo pasa por alguna razón. las manos que sueltan, las intenciones que se muestran, las mentiras que se revelan, las amistades que se transforman, los amores que unen y los vínculos que se desmoronan. El tiempo regala respuestas.

Rafael Cabaliere

9 de abril de 2025

MERMELADA DE CIRUELAS PASAS

 

Mermelada de ciruelas pasas

Ingredientes

  • 6 clavos enteros
  • Una pizca de nuez moscada molida
  • 1 rama de canela
  • 900 g de ciruelas pasas, limpias y en remojo toda la noche
  • Zumo de 2 limones
  • 900 g de azúcar
  • Una nuez de mantequilla

Elaboración

Poner las especias en una bolsa de muselina. Escurrir las ciruelas y ponerlas en una cacerola con 1,1 litros de agua fresca, el zumo del limón y la bolsa de muselina.

Mantener a fuego lento durante una hora o hasta que las ciruelas estén bien blandas. Retirar los huesos con una espumadera.

Retirar la bolsa, sacar la cacerola del fuego y añadir el azúcar, removiendo hasta que se haya disuelto. Añadir la mantequilla, llevar a ebullición y cocer 10 minutos a fuego vivo, hasta obtener una mermelada consistente.

Espumar y envasar.

8 de abril de 2025

LEPROSERÍAS

 

Durante la Edad media existieron leproserías grandes y pequeñas, a veces, cuando la comunidad interesada en crear una era reducida, se asociaba con otras parroquias. Una pequeña leprosería podía constar de un edificio con un dormitorio, un comedor y una cocina. En las cercanías de las grandes aglomeraciones, su tamaño era mucho mayor, llegando a tener a su alrededor bosques y tierras para el uso de los enfermos. En algunos lugares de España, cada leproso disfrutaba de una habitación, una cocina, un pozo y un jardín.

Los requisitos para la admisión de los enfermos eran muy estrictos, a causa de la necesidad de limitar su número para no incrementar los gastos. Las plazas se reservaban a los habitantes del lugar en que se encontraba la construcción o de las cercanías. A finales del siglo XIV, en París se prohibió el ingreso a los leprosos no nacidos ni domiciliados en la capital. Poco después, se requería también el origen parisiense de sus padres.

Una vez aceptado en la leprosería, el enfermo, bajo pena de expulsión, debía aceptar las reglas; podían mantener su mobiliario y trabajar la tierra asignada, pero les estaba prohibido traspasar los límites de la leprosería y la cohabitación con personas sanas. Tampoco se les permitía contraer matrimonio, salvo con otros enfermos.

A los leprosos se les prohibía entrar en las iglesias, hogares, molinos, mercados. Tampoco podían asistir a las asambleas del pueblo, ni lavar sus manos o sus útiles en las fuentes y ríos públicos. No se les permitía andar sin sus ropas de leproso ni sin sus tejuelas; ni tocar, a no ser con un bastón, cualquier cosa que deseara comprar. Ni charlar con los caminantes, ni responderles, sino a una distancia prudencial; ni rozar, sin guantes, los objetos religiosos; ni acariciar a los niños, ni obsequiarles con ningún regalo; ni comer o beber en compañía.