FERNANDO I DE PARMA Y SUS PROBLEMAS DE HIGIENE
Al principio de su matrimonio, tuvo problemas para poder
consumarlo. Mathieu de Basquiat, barón de la Houze, ministro de Luis XV en
Parma, le escribió unas cartas a Étienne François de Choiseul (1719-1785), duque
de Choiseul, en referencia a ese problema de Fernando I. Estos son algunos
extractos de esas misivas:
12 de agosto de 1769
“Hay detalles de los que creo no poder dar cuenta sino a vos
solo, reservadamente. Me había apresurado, Monseñor, en informaros el 21 del
mes último, según una confidencia que el señor Auguste de Keralio (preceptor de
Fernando desde los seis años) me había hecho y que sabía directamente del
infante, que sin duda había entendido mal, que el matrimonio de este príncipe
estaba consumado, cuando hace algunos días me sorprendió el saber de buena
parte que esta obra estaba aún sin comenzar.
Hable secretamente al señor marqués de Felino, que luego empleó
el señor Keralio para descubrir la verdad de las cosas. Se han encontrado tales
como me las habían contado, y este antiguo subgobernador de su Alteza Real me
ha confiado que una causa física se oponía a la satisfacción de los deseos del
infante, que sufría tanto en la erección por la tirantez del frenillo que
sujeta el prepucio y le impedía hacer uso del pene.
Tal es la situación del este joven príncipe, que diariamente aplica baños de leche a esa parte, por prescripción del señor Stork, médico alemán agregado a la corte de Viena, que ha seguido hasta aquí a la archiduquesa infanta; pero, hablando aún ayer por la noche sobre este asunto con el señor Felino, hemos convenido que era más bien asunto de la competencia del señor Vacher, hábil cirujano francés establecido en París y que el infante acababa de llamar a su servicio en calidad de cirujano primero. Hay frecuentes ejemplos de parecidas operaciones, que consisten en un ligero corte de bisturí para quitar este impedimento del que Su Alteza Real sufre”.
Tal es la situación del este joven príncipe, que diariamente aplica baños de leche a esa parte, por prescripción del señor Stork, médico alemán agregado a la corte de Viena, que ha seguido hasta aquí a la archiduquesa infanta; pero, hablando aún ayer por la noche sobre este asunto con el señor Felino, hemos convenido que era más bien asunto de la competencia del señor Vacher, hábil cirujano francés establecido en París y que el infante acababa de llamar a su servicio en calidad de cirujano primero. Hay frecuentes ejemplos de parecidas operaciones, que consisten en un ligero corte de bisturí para quitar este impedimento del que Su Alteza Real sufre”.
23 de septiembre de 1769
“Por lo que toca a la situación del infante referente a su
matrimonio, por fin he conseguido, Monseñor, descubrir positivamente la
incomodidad que se oponía a la satisfacción de los deseos de este príncipe. El señor
Stork médico de la corte de Viena, se había equivocado al asegurar que provenía
del frenillo, que no estaba roto y que impedía al infante “desencasquetar”. No era
ahí donde radicaba en el obstáculo. Se había formado entre el prepucio y el glande
un cerco compuesto de materia que se había endurecido de tal manera que había
hecho engrosar considerablemente esta parte del pene y que sujetaba tan fuerte
al prepucio que cubría el glande, que la mera erección era dolorosa al infante.
Ha sido preciso, para librarle de esta incomodidad,
aplicarle varias inyecciones de un agua detergente que ha llegado
insensiblemente a disolver este cerco de materia endurecida, y hasta esta
mañana no ha podido el príncipe descapullar. El médico que ha asistido a Su
Alteza Real, y que siempre ha estado sólo con él en su gabinete, me ha confiado
haber observado que esta especie de anillo de materia endurecida había
comenzado ya a corroer la piel interior del prepucio, pero que mediante algunos
baños en esa parte y otros de agua fría que el infante tomaría, contaba con
seguridad que su matrimonio sería consumado luego…”
El 4 de noviembre de 1769, le escribió a Choiseul, diciéndole
que el matrimonio se había consumado y que el infante. Estas cartas se
encuentran en los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores de París.
2 comentarios :
Interesante.
Mario, muchas gracias. Un saludo.
Publicar un comentario