SUDARIOS
El sudario de Turín
El sudario es una tela de lino hilado de color marfil tejido
a mano en sarga de espinillas de canutillo tres-uno, de 4 metros de largo por
1,10 metros de ancho. Fue remendada después del incendio de 1532 y tiene marcas
de humedad.
Se distinguen dos pálidas imágenes amarillentas, una de
frente y la otra de espalda, de un hombre extendido de 1,80 metros que pesa
unos 78 kilos, de 30 o 40 años, con las manos cruzadas sobre el pubis. Muestra
numerosas heridas alrededor de la cabeza, en la cara, las muñecas, el pecho y
la espalda, los hombros, el lado derecho y los pies.
El sudario de Cadouin
La tradición de esta localidad de Dordoña, en Francia, ha
hecho posible que los religiosos de la abadía de Cadouin, fundada en 1115,
recuperaran la reliquia que venía de Tierra Santa en 1117. Se sometió al
análisis del carbono 14.
Esta conoció un recorrido movido entre varios
establecimientos religiosos del sudoeste, después de un período de calma entre
el siglo XVIII y 1866, fecha en que una comisión de sacerdotes y sabios
emitieses una opinión de autenticidad favorable, lo que hizo que se convirtiera
en lugar de peregrinaje. El sudario de Cadouin no se ha sometido a la prueba
del carbono 14.
El sudario de Compiègne
Llevado, según cuentan, desde Aquisgrán por Carlos el Calvo
en 877, el sudario de Compiègne se presenta como un rollo de tela guardado en
dos envoltorios de seda que nadie quiso abrir en las primeras inspecciones en
1516 y 1628.
Durante la Revolución, el sudario termina en manos ignorantes.
Igual suerte corrió el sudario de Besançon, que habían traído en el siglo XIII
desde Constantinopla.
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