HISTORIAS DE LUIS XI
Luis XI de Francia, el Prudente (1423-1483) fue un rey ambicioso, inteligente, avaro y
disimulador. Se conocen algunas anécdotas que protagonizó a lo largo de su
vida.
En una ocasión estaba discutiendo con Begne, un excelente
músico que había inventado unos cuantos instrumentos, el rey le preguntó si
sería capaz de inventar una música de cerdos, el músico le respondió que sí, y
compró treinta y dos cerdos de varias edades y diferentes voces: ocho para la
voz tenor, ocho como sopranos, ocho bajos y ocho contraltos. Después construyó
un instrumento con teclado, algo parecido a un órgano, cada tecla movía un
alambre, al final del cual había un aguijón de manera que, según se tocaban las
teclas, las puntas herían a los cerdos y les hacían gritar. Invitó al rey y a
la corte a oír el sorprendente concierto, el rey se divirtió mucho y a todos
los asistentes.
Según cuentan Luis XI era muy sucio, un día un cortesano le
quitó un piojo de la casaca, el rey quiso saber que había hecho. El cortesano
le dijo que le había quitado un piojo, el rey le contestó que era normal ya que
era un hombre y le regaló cuarenta escudos. En otra ocasión le quitaron una
pulga, pero en esta ocasión el que se la quitó se llevó cuarenta bastonazos.
En una ocasión un campesino le regaló una zanahoria a Luis
XI, la más grande que se había visto jamás, el rey le dio una recompensa. Un
cortesano que había presenciado la escena, creyó que si le hacía un buen regalo
al rey éste le daría una buenísima recompensa, mejor que la del campesino. Al
día siguiente le regaló al rey un hermoso caballo. Luis XI, listo como nadie,
entendió el motivo del regalo y le dio al cortesano la zanahoria del campesino
y le dijo: -No creo poder darte mejor regalo que esta zanahoria que me ha
costado tanto como el mejor de los caballos.
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