LA EPILEPSIA EN LA HSTORIA
Según los historiadores, para los pueblos primitivos, la
epilepsia era el castigo de los dioses enfadados por haber pecado el
epiléptico, o la posesión de este por un ente maligno.
La presencia de esta enfermedad desde la antigüedad,
conocida por el hallazgo de cráneos prehistóricos con lesiones que propician
las crisis, obligó a que las culturas se preocuparan por interpretar su origen.
Aunque casi siempre se recurría a lo sobrenatural, el médico
indio Atreya Punarvasu dejo fuera toda connotación mágica de la epilepsia pata
atribuirla a alteraciones de la mente.
Los griegos continuaron viendo en la epilepsia la acción de
los dioses, fue Hipócrates quien estableció el origen de la enfermedad. En su
tratado “Sobre la Enfermedad Sagrada” dice: “No me parece que sea en nada más
divina que las demás enfermedades ni más sagrada, sino que también tiene una causa
natural, como todas. Aquellos que por primera vez hicieron sagrada esta afección
eran iguales a los actuales magos y purificadores, impostores y charlatanes que
utilizan lo divino para ocultar su impotencia”. Galeno sigue la misa línea: “La
ira de los dioses es causa de enfermedad”.
En la Edad Media, la iglesia volvió a recuperar la visión
oscurantista y supersticiosa de la epilepsia, enfocándola como posesión diabólica.
En la Edad Moderna, los médicos volvieron a tener la última
palabra sobre la enfermedad. Fue en la ilustración cuando se produjo un
considerable avance en su estudio, erradicándose cualquier explicación
sobrenatural e intentando encontrar un diagnóstico clínico.
En 1763 se publicó el primer tratado sobre la epilepsia. Se trata
de una monografía, de solamente se conservan diez ejemplares originales. En esta
obra se pueden leer algunos de los síntomas de la epilepsia: “repentinamente
caen en tierra, cerrando fuertemente las manos y torciendo los ojos, se privan
los sentidos, arrojan espuma por la boca, se muerden la lengua, temblando al
tiempo… Cediendo después de largo breve rato vuelve el paciente quejándose de
dolor, torpeza y gravazón en la cabeza y de lasitud o cansancio en el cuerpo”.
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