JEAN FRANÇOIS CHAMPOLLION
Jean François Champollion (1790-1832), fue un filólogo y
egiptólogo francés. Extraño y único desde su nacimiento fue un niño avispado e
inquieto. A los cinco años aprendió él sólo a leer y escribir, asociando las
letras a sus sonidos adecuados. A los once años ya sabía latín, hebreo y griego.
A los doce años escribió su primer libro, titulado “Historias de perros
célebres”.
Con dieciséis dominaba a la perfección ocho lenguas muertas.
Fue entonces cuando conoció a Jean-Baptiste Joseph Fourier (1768-1830),
matemático y físico, que había acompañado a Napoleón en su aventura oriental,
que le enseña a Champollion por primera vez papiros egipcios con inscripciones
antiguas. Al preguntar si se podían leer, le contestaron que no, él respondió:
-Yo los leeré.
A los diecisiete años, Jean François realizó su primer mapa
sobre el Egipto faraónico. Al mismo tiempo fue nombrado miembro de la Academia
de Grenoble, por su obra “Egipto bajo los faraones”. Desde ese momento se
obsesiona con la Piedra de Rosetta (fragmento de una antigua estela egipcia de
grandiorita, con inscripciones en egipcio, demótico y griego antiguo, que había
sido encontrada en 1799). Se dedicó por completo a su estudio, aprendiendo varios
idiomas orientales (árabe, sánscrito, persa, copto, chino) eso le fue de gran
ayuda para la descifrar los jeroglíficos. Tarea que le llevó años, en los que
se dedicó a escribir obras de teatro y canciones, además de estudiar griego
antiguo y escribir otra libro.
Un día Champollion se dio cuenta de cuál era el error por el
que no conseguía descifrar la piedra. Cayó en la cuenta de que los jeroglíficos
no representaban un objeto o idea por cada signo, sino que eran una expresión
gráfica de sonidos. A partir de ese momento, da valores fonéticos a cada uno de
los jeroglíficos. Se le criticó y se le acusó de mentiroso, pero había
descubierto la manera de traducir el el egipcio antiguo.
Hasta 1828 no pudo viajar a Egipto, la gente se apiñaba a su
alrededor como si fuera un ser sobrenatural, que leía los textos de sus
antepasados. Pasó en Egipto más de un año, vestido a la manera egipcia, y
recorriendo miles de lugares, como si de un nativo se tratase.
Pocos años después, murió sin que la gente reconociera sus
descubrimientos. Setenta y cuatro años después de su muerte, en una conferencia
de Peter Le Page Renouf (1822-1897), egiptólogo, se demostró la gran genialidad
de Champollion.
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