4 de noviembre de 2024

CORALES

 

El coral parece y actúa como una planta, pero en realidad son pólipos, una colonia de animales de la familia de las anémonas marinas. Cada pólipo se adhiere al arrecife y construye un esqueleto de carbonato de calcio para protegerse. Las nuevas generaciones de pólipos siempre se adhieren a los esqueletos de las anteriores.

Los corales tienen tentáculos en múltiplos de 6 colocados en un anillo. Los tentáculos tienen células punzantes llamadas nematocistos que usan para atrapar zooplancton. Los nematocistos pueden dispararse solo una vez y luego tienen que ser reemplazados.

Los pólipos solo tienen un orificio que va hacia el estómago, por ahí entra y sale comida. El pólipo se pega al arrecife con el disco basal, que es un anillo calcificado que tiene músculos que el pólipo puede usar para retirarse ante una amenaza.

Cuando el coral crece le sale un esqueleto calcificado. Con el tiempo se forma un nuevo disco basal más arriba y la sección inferior se calcifica por completo.

Las zooxantelas son bacterias fotosintéticas que viven en el tejido de los pólipos. Atrapan la luz solar y proporcionan el 90 % de la energía que necesita el coral. A cambio, el pólipo les proporciona nitrógeno y dióxido de carbono.

Una cabeza de coral es una colonia de pólipos clonados, genéticamente idénticos. Están conectados entre sí por una capa de tejido que permite el intercambio de productos metabólicos entre los pólipos.

Los esqueletos de coral son rugosos para incrementar la turbulencia que ayuda a que circulen los nutrientes y evita que el agua se estanque y ahogue a los pólipos.

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