MÁQUINA DE VAPOR
La primera máquina de vapor fue construida en 1795 por Thomas
Newcomen y su ayudante John Calley. Aplicaron el principio de Savery de
condesar el vapor en el cilindro para el golpe descendente del pistón.
Su máquina aportó, además de importantes innovaciones, un ingenioso
sistema de válvulas para regular la introducción del vapor en el cilindro y la
inyección de agua fría para condensarlo.
Newcomen no pudo patentar su máquina hasta 1716, los que
tenían la patente de Savery se aprovecharon de su invento durante diez años. Pero
al final, Newcomen pudo formar una compañía para impulsar la adopción de su máquina
por la industria, alcanzando el éxito muy pronto, ya que muchas de ellas fueron
aplicadas al desagüe de las minas de carbón. Con el tiempo el invento atraería la
atención del ingeniero John Smeaton, quien le añadió importantes mejoras.
Smeaton era un hombre con un gran sentido práctico y que
daba importancia a los detalles. Observó la máquina de Newcomen, le gustó, pero
no estaba del todo satisfecho, por lo que experimentó con una máquina especialmente
construida para él en Austhorpe, en 1769. Sus observaciones y sus acabados análisis
matemáticos del funcionamiento, le trajo un gran rendimiento de la máquina de
vapor, obtenido sobre todo a un rediseño de la caldera, del horno y del
procedimiento de encendido.
En 1772, entregó los resultados de sus experimentos, sus
indicaciones y los planos, recomendó valores para el diámetro del cilindro, la
longitud del émbolo, el número de golpes de émbolo por minuto, el tamaño de la
caldera, la cantidad de agua introducida, la temperatura del agua inyectada y hasta
el consumo de carbón…, para la construcción de máquinas entre uno y 78 caballos
de fuerza.
El mismo construyó en 1774 una máquina de 76,5 caballos de
fuerza, la más poderosa lograda hasta ese momento. Pero, para entonces, la máquina
de Newcomen que él había contribuido a desarrollar tenía los días contados, ya
que habían aparecido los diseños mejorados de James Watt, que serían los que al
final se impondrían.
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