22 de septiembre de 2022

LA PESTE NEGRA: SINTOMAS Y REMEDIOS

 

La peste negra comienza como un mal resfriado, con malestar, dolores, escalofríos y una fiebre creciente. Unas horas después aparecen, alrededor de los nódulos infectados, unas erupciones rojizas circulares. Al cabo de un día o dos, los nódulos linfáticos se vuelven negros y se hinchan hasta el tamaño de una naranja.

Una severa pérdida de fluidos incluyendo sangre, contribuye a empeorar a simple vista el aspecto de los bubones. Dos o tres días después de la infección, el shock séptico y la neumonía suelen atacar al enfermo. Debilitados por la invasión, los sistemas centrales del cuerpo comienzan a apagarse. Por lo general, entre dos y cuatro días son suficientes para que la peste destruya a su huésped y acabe muriendo.

Varios tratamientos a base de hierbas se hicieron populares contra la peste negra. Según el poder adquisitivo, a los pacientes se les prescribía soluciones de esmeraldas machacadas o bien pociones elaboradas con cáscara de huevo recién puesto, cerveza, caléndula y melaza. Otro remedio popular era beber dos vasos diarios de orina, porque pensaban que fortalecía el cuerpo.

El tratamiento de los bubones era un asunto más difícil. Los infectados pensaban que podían librarse de la peste restregándose el ano de una gallina viva sobre las bubas. Cuando la gallina se ponía enferma, se lavaba y se repetía la operación hasta que el paciente se librase de la infección por habérsela traspasado completamente a la gallina.

Los médicos descubrieron tiempo después que sajar los bubones, drenar el pus y aplicar cataplasmas era un remedio eficaz en las primeras fases de la enfermedad.

0 comentarios :