24 de julio de 2022

LA SEGUNDA LUNA DE FREDERIC PETIT

 

En el año 1846, Frederic Petit, director del observatorio de Toulouse, anunció que había descubierto una segunda luna de la Tierra. Esa luna la vieron dos observadores, Lebon y Dassier, en Toulouse, y una tercera persona en Larivière, Francia. Todas ellas la avistaron el 21 de marzo de 1846, durante el amanecer.

Frederic Petit descubrió que la órbita era elíptica, con un período de dos horas, cuarenta y cuatro minutos y cincuenta y nueve segundos; un apogeo de 3570 kilómetros y un perigeo de unos 11,4 kilómetros. Urbain Le Verrier, matemático francés especializado en mecánica celeste, que se encontraba en la audiencia cuando Petit lo anunció, murmuró que tendría que tomar en cuenta la resistencia del aire, algo que en ese momento nadie podía hacer.

Petit se obcecó con su idea de una segunda luna y quince años después, anunció que había realizado cálculos sobre una pequeña luna de la Tierra que causaba algunas peculiaridades que hasta ese momento nadie había explicado en el movimiento de la Luna.

Los astrónomos no le hicieron ni caso y todo se hubiera olvidado son un joven escritor, Julio Verne, no hubiese leído sobre el tema. En la novela De la Tierra a la Luna, Verne escribe sobre la existencia de esta segunda luna descubierta por Petit.

Los astrónomos aficionados se convencieron de que era una buena oportunidad para saltar a la fama; quien descubriese esta segunda luna vería su nombre inscrito en las crónicas de la ciencia. Ningún observatorio verificó sobre la segunda luna de la Tierra, si lo hicieron no lo comentaron. Los aficionados alemanes persiguieron lo que llamaron Kleinchen (bocadito), nunca lo descubrieron.

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