15 de septiembre de 2020

ENTREMESES-2



Los entremeses, además de conocerlos como el principio de una comida, en la Edad Media, en los grandes festines, se llamaba entremeses a unos espectáculos o mascaradas con los que se obsequiaba a los invitados entre servicio y servicio, como cada servicio constaba de varios platos, a veces había quince o veinte servicios, es normal que se necesitara algún tiempo de reposo.

En el año 1453 el duque de Borgoña Felipe el Bueno organizó un festín en Lille para festejar la cruzada contra Mahomet II. La mesas, soportaba varias maquinarias representando una nave que se balanceaba sobre las olas; otro artefacto figuraba una iglesia. En el centro de la mesa un pastel enorme lleno de pequeños autómatas tocando instrumentos de música.

Delante de los príncipes había un estado en el que se representó un misterio primero y luego la conquista del Toisón de Oro. Al final del banquete hizo su aparición un gigante guiando un elefante, el cual soportaba una torre, y dentro de ésta iba una joven cubierta con un velo simbolizando la religión católica, cautiva de los musulmanes. Al mismo tiempo entró otra joven llevando un faisán dorado, y todos los comensales juraron sobre éste rescatar la Palestina.

En la boda de Carlos IX, hijo de Catalina de Médicis, se representó como entremés “El sitio de Troya”. Cuentan que este mismo rey se invitó un día a comer en el castillo de un conde que residía en Carcasonne. El conde tuvo la ocurrencia, que fue que al acabar el festín se abrió el techo de la habitación y apareció una nube, y tras un trueno descargó sobre la concurrencia una enorme cantidad de almendrucos y seguidamente una lluvia de agua de rosas.

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