18 de febrero de 2020

PEDRO I DE PORTUGAL Y SU DEFENSA A LAS MUJERES


El rey Pedro I de Portugal era muy cuidadoso con las mujeres, tanto las de su casa, las de sus oficiales y las del pueblo, por esa razón, castigaba duramente a los que dormían con mujeres casadas o vírgenes, así como con monjas.

Una de las anécdotas cuenta que vivía en palacio un oficial llamado Lorenzo Gálvez, hombre muy entendido y juicioso, cumplidor de todas las cosas que el rey ordenaba. El rey se fiaba muchísimo de él. Su esposa se llamaba Catalina Tosse, mujer muy apuesta, lozana y de maneras y costumbres graciosas.

En ese tiempo vivía en palacio un escudero, gran campeón de torneos y cacerías, se llamaba Alfonso Madeira, por buena persona y leal, el rey le apreciaba mucho. Alfonso se enamoró de Catalina Tosse, y sabiendo el peligro que corría, se conformó con mirarla a todas horas. Para poder pasar más tiempo con ella, trabó amistad con el marido y por cualquier sitio que iba uno, iba el otro.

Alfonso cantaba poniendo de manifiesto sus dotes y expresando toda su amor por Catalina, tanto insistió que sus deseos se cumplieron. El rey, al enterarse, apenándose tanto como si Catalina fuese su propia mujer o su hija, y a pesar de tenerle mucho cariño a Alfonso, mandó que lo detuvieran en su habitación y le cortasen los genitales.

Después de esto lo dejaron libre, y sanó y engordó de piernas y cuerpo, y vivió algunos años con el rostro pálido y sin barba, murió años después de muerte natural.

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