8 de diciembre de 2019

UN POCO DE TODO-4


En la capital de Camboya, la policía detuvo a un grupo de hombres que haciéndose pasar por monjes budistas dedicaban el día a recolectar limosnas que luego se gastaban en juegas por los prostíbulos de la ciudad. Según el diario local Koh Santepheap una mujer dirigía el grupo, cobrándoles una comisión del 25 % de la recaudación diaria.

El Club Hedonista de Brasil organizó una orgía del 5 al 7 de octubre de 2001 en donde todo estaba permitido y se prometían 50 horas de sexo libre y gratis, “la diversidad será la clave del encuentro”, decían. Después de la convocatoria de esta reunión, la primera de esas características en Brasil, se habían vendido 1500 entradas, a 25 dólares cada una. El arzobispo de Río de Janeiro protestó enérgicamente al Ayuntamiento por la celebración del acto, consiguiendo que cerraran el local en el que iba a tener lugar. La reunión continuó celebrándose en otro recinto. Gracias a la intervención de la Iglesia, pasaron a venderse un total de cuatro veces más entradas, unas seis mil.

Los médicos de Shaanxi, al norte de China, extrajeron un feto osificado del abdomen de un campesino de 28 años, durante el mes de marzo del año 2000. Fue el primer caso que se conocía de este tipo. Al parecer, el campesino iba a tener un hermano gemelo, pero por alguna razón el feto no se desarrolló y se convirtió en un parásito en el abdomen del hombre. El feto se descubrió por casualidad al hacer una ecografía al paciente, que había sufrido un accidente.

Un comerciante de Ghir, Irán, fue detenido bajo la acusación de guiñar el ojo a la mujer de un abogado. Indignados con la detención, los vecinos de la ciudad se manifestaron para exigir que lo liberaran. Al parecer el comerciante era bizco y no pudo evitar el guiño. Finalmente fue liberado, aunque los disturbios continuaron a pesar de la contundencia de las fuerzas del orden del país.

Un ciudadano de Tel Aviv, Israel, abandonado por su mujer empapeló la ciudad con sus declaraciones de amor. Su mujer le había abandonado, y a él le pareció una buena manera de recuperarla. Escribió una carta de amor y encargó a una empresa de publicidad que la hiciese pública. Todo Tel Aviv tuvo su mensaje en carteles publicitarios.

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