3 de diciembre de 2019

LA FAMILIA DE JORGE MANRIQUE


Jorge Manrique era un representante típico de la alta nobleza castellana del siglo XV, en él se daba la asociación entre las armas a las que se veía orientado por su pertenencia al estamento militar, y las letras, con sus poemas de excepcional calidad.

La familia Manrique pertenecía al círculo más elevado de la nobleza castellano-leonesa de la Baja Edad Media. Los Manrique habían fortalecido sus posiciones a raíz del establecimiento en el trono de la dinastía Trastámara, recibiendo cuantiosas mercedes de Enrique II y sus sucesores.

El fundador del linaje era Rodrigo Pérez Manrique, señor de Amusco y merino mayor en tiempos de Alfonso VIII, el cual era nieto del legendario conde Manrique de Lara. El linaje se fue consolidando durante los siglos XII a mediados del XIV.

A mediados del siglo XIV la jefatura de la familia la ostentaba Garci Fernández Manrique, más tarde le sucedió Garci Fernández Manrique II, que después de su muerte fue sucedido por Pedro Manrique, hijo de un primer matrimonio. El hijo del segundo matrimonio de Garci Fernández Manrique II, llamado como su padre Garci Fernández Manrique III. Otro de sus hijos, llamado Diego Gómez Manrique, fue cabeza de otra rama desgajada del mismo árbol, los señores Treviño-Nájera.

A Diego Gómez le sucedió Pedro Manrique, su primogénito Diego Gómez Manrique, sucediéndole Pedro Manrique, personaje destacado de la época de Juan II de Castilla y figura muy singular en la historia del linaje. Mientras su primogénito Diego Gómez Manrique, le sucedía en los dominios patrimoniales de la familia, recibiendo el título de conde de Treviño, su segundo hijo, Rodrigo Manrique, era el fundador de una nueva rama del mismo linaje, la de los condes de Paredes de Nava. Rodrigo Manrique fue el padre de Jorge Manrique, el cual escribió sus famosas Coplas precisamente con motivo de la muerte de su padre.

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